Estas y otras cuestiones candentes se trataron de responder en el debate ¿Son fiables las medicinas alternativas? organizado el pasado martes por el Aula EL PAÍS y el Observatorio de la Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra, con el soporte del Instituto Novartis de Comunicación en Biomedicina.
Las prácticas alternativas de salud son continuamente objeto de controversia. Una de las últimas fue la suspensión cautelar que hizo el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en junio de 2007 del Decreto de Terapias Naturales aprobado por la Generalitat de Cataluña en enero del año pasado. Miquel Bruguera, médico especialista en Hepatología y presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB), dijo en el debate que no es necesaria la regulación "porque nadie prohíbe la práctica de estas terapias".
Entonces, ¿por qué crece la demanda de las medicinas alternativas? Una de las razones podría ser, según Bruguera, porque la medicina convencional no resuelve las enfermedades funcionales ni las crónicas y estos pacientes piensan que son menos agresivas. Según datos del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, el 67% de pacientes con enfermedades crónicas usan terapias naturales, dijo Josep Lluís Berdonces, médico especialista en hidrología y fitoterapia y director del posgrado en Medicina Naturista de la Fundación Bosch i Gimpera, de la Universidad de Barcelona.
Pero el presidente del COMB opina que muchos usuarios de las medicinas complementarias tienen la idea, "no siempre acertada, de que son tratamientos inocuos, que no tienen riesgos, y que pueden ayudar a los tratamientos convencionales". Objetivamente no son eficaces, añade, pero sí lo son para el paciente; "es el efecto placebo, los terapeutas alternativos les dedican más tiempo que los convencionales".
En cambio, Berdonces afirmó que existen demostraciones científicas de la eficacia de la acupuntura en el tratamiento de ciertos dolores, del buen funcionamiento de la homeopatía contra alergias y del papel positivo de plantas como el ginko biloba en otras patologías. "Sí que se investiga en algún campo determinado, pero el problema es, por ejemplo, que las plantas usadas en la fitoterapia no son patentables y así no se consigue financiación para la investigación científica". El presidente del COMB dijo que un defecto de las medicinas alternativas es que no clasifican a los enfermos por grupos diagnósticos ni utilizan los tratamientos estandarizados por la medicina oficial, sino que son personalizados. Para evitar los posibles riesgos sanitarios y el descrédito, Berdonces cree necesario sistematizar la investigación y mejorar la formación y la regulación consensuada.
Esta noticia se publicó el 22 de mayo de 2008 en el periódico El País. Fue escrita por Joan Carles Ambrojo.
En esta noticia se recojen las dos posturas frente a la medicina alternativa, la conservadora que la rechaza (representada por el COMB) y otra más abierta que la defiende (Berdonces). La demanda de las medicinas alternativas no deja de crecer por motivos que aparecen en la noticia, la gente cree que pueden servir para complementar los tratamientos convencionales. Sin embargo existe un peligro al realizar esta complementarización, la gente desconoce el contenido de los medicamentos y cuál puede ser su reacción al mezclarlos con otros productos procedentes del medicamento alternativo. Por ello, como una medida preventiva, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña aprobó el Decreto de Terapias Naturales pero debido a demostraciones que demuestran la eficacia de muchas terapias alternativas, este decreto fue suspendido.
De modo que si se quiere que el uso de los productos alternativos se extienda deben realizarse más estudios, como los realizados con la acupuntura o la homeopatía, porque sino la gente no confiará en ellos y, lo que es más peligroso, no estarán regulados.
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