miércoles, 17 de abril de 2013

Procesan y envasan medicina natural para pacientes pobres




Domingo 14 de abril de 2013


06:52 pm  - Alexis Espinal  
El proyecto es impulsado por las autoridades de la Iglesia Católica de la zona sur a través de la Clínica de Medicina Natural San Pablo.
CHOLUTECA,
Honduras

Cancelar el costo de una consulta con un especialista resulta imposible para Ángela Castillo, quien sin dudar acudió a la Clínica de Medicina Natural San Pablo.
El centro donde es asistida Castillo funciona en la ciudad de Choluteca, lugar que mantiene como su única alternativa, ya que además del ahorro de los 600 lempiras de la consulta en una clínica privada, pagará menos por los medicamentos que le receten.
La paciente está consciente de que el efecto curativo de los brebajes que recibirá es más lento, pero aseguró sin dudar que sanará.
“Viajé desde la comunidad de Santa Ana, Orocuina, y antes visitaba el Hospital del Sur, pero al ver que solo con problemas me encontraba cuando buscaba los servicios de salud decidí buscar otra alternativa como la medicina natural”, dijo la paciente.
La clínica atiende un promedio de entre 40 y 50 personas a diario. María Oralia Rodríguez, naturista, encargada de dar la consulta a los pacientes que llegan a la clínica, expresó que el gasto estimado de los pacientes que atienden son 100 lempiras.
De acuerdo con Danilo Puerto, director regional de Cáritas de Honduras, el único propósito de Cáritas y la Iglesia Católica es apoyar a las familias de escasos recursos económicos.
A causa de la efectividad de los brebajes que se preparan en el establecimiento la demanda de los pacientes llega desde otras zonas del país.
En los listados aparecen pacientes de Yoro, La Ceiba, Tegucigalpa, La Paz y El Progreso, quienes adquieren los medicamentos naturales hasta para un mes.
Cada frasco del líquido preparado con hojas, raíces y ramas de plantas se comercializa a un costo de 50 lempiras.
Entre las dolencias que se tratan con los jarabes están la hipertensión, mala circulación, problemas de colon, asma, diabetes, infecciones urinarias y anemia.
Ingredientes
Los medicamentos son preparados por seis grupos de personas que han sido capacitadas en diferentes parroquias de la zona sur.
Las personas encargadas de cocinar los brebajes viajan hasta la ciudad de Choluteca de acuerdo con la demanda de medicinas que reporte la clínica de atención.
Estas mismas personas se encargan de traer desde sus comunidades los principales ingredientes para preparar las medicinas naturales.
Según Gustavo Martínez, uno de los encargados de preparar las medicinas, desde hace varios años atrás fueron capacitados para preparar las medicinas.
Los grupos están conformados por seis personas a quienes se les entrega un aporte económico simbólico por la preparación de los jarabes.
“Nosotros lo hacemos para ayudar a los más necesitados ya que solo sacamos los costos del pasaje”, dijo Martínez. Este proyecto nació hace 10 años, a través de la iniciativa de monseñor Raúl Corriviu (QDDG).
Las medicinas son envasadas por lo general cada tres meses en un lugar que reúne las condiciones higiénicas, denominado como el laboratorio, sitio donde solo ingresa el personal encargado de fabricar los brebajes.
Se estima que en cada jornada de cocción se utiliza un quintal de cada planta medicinal que se utilizará para los medicamentos.
Entre las plantas que se utilizan están el pino, ciprés, eucalipto, corteza de marañón y mangle, encino, cola de caballo, hierba del aire y uña de gato.
También la corteza de indio desnudo, jícara, zarzaparrilla, culcumeca, hierva del dolor, uva de monte, sábila y romero, entre otros ingredientes.
Proceso
Las hojas y corteza de los árboles medicinales se someten a un proceso de lavado, en tres diferentes recipientes, con el fin de retirar cualquier sucio que se les haya adherido.
De forma posterior son depositadas en un recipiente amplio junto con agua para iniciar el proceso de cocción, el cual tarda 20 minutos por cada ingrediente, y en su mayoría cada preparado lleva tres tipos de plantas.
Es así que el tiempo de cocimiento de las hojas y cortezas lleva cerca de una hora para luego dejarlas reposar durante una noche, para luego colar el jarabe y envasarlo.
El último paso es el etiquetado de los frascos para luego colocarlos en los estantes de la clínica para que sean adquiridos por los pacientes.


COMENTARIO



Nos encontramos ante una noticia publicada en el periódico EL HERALDO de Honduras, el día 14 de abril de 2013. En ella se refleja cómo ante la necesidad de tratamientos para curar ciertas enfermedades y dolencias, la Iglesia ha llevado a cabo una especie de cadena de elaboración de tratamientos alternativos.

Como bien podemos leer en el texto, se ve como debido a la situación de pobreza en la que se encuentran muchas personas, se ha tenido que recurrir a este tipo de acciones, de la mano de la Iglesia y otras organizaciones que ayudan a que los enfermos puedan tener al menos posibilidad de curarse, aunque los procedimientos no sean a los que estamos acostumbrados, es decir a los de la medicina convencional. Por ello estos “medicamentos” alternativos son de origen totalmente natural, elaborados por personas que colaboran con esta iniciativa.

Lo que sí es cierto es que aunque en este texto te defiende, entre otros aspectos, el tema de la higiene, esto puede dejar dudas, ya que, como se ve en la foto de la propia noticia, el objetivo de esta cadena de elaboración es proporcionar “medicamentos” a gente que los necesita, normalmente urgentemente, por esto, a veces se puede descuidar ciertos momentos de su elaboración, como la que observamos en la imagen.

Otro tema importante, es que se dice como las clínicas de medicina alternativa reciben numerosos pacientes al día, que probablemente se encuentren en la misma situación que la señora a raíz de la cual se publico esta noticia, y esto se debe a que le medicina convencional, al contrario que en otros países llega a ser más costosa aquí que en otros lugares, y por ello sale más rentable echar 4 ingredientes naturales; que en mi opinión pueden conllevar a peor resultados al final; que ir a una farmacia o al lugar donde se distribuyan los medicamentos y comprarlos, por la cantidad de tasas e impuestos (los convencionales, también). 

Por todo esto, he de decir que a pesar de que la iniciativa es de agradecer, y que posiblemente le funcione a mucha gente, hay que tener en cuenta que los ingredientes y el proceso de elaboración son muy importantes, y que los responsables de esa cadena “de montaje” tienen que tener mucha precaución porque tienen en sus manos la vida de muchas personas. También hay que aclarar que en muchos casos estos tratamientos solo son útiles siendo complementarios y no únicamente con tomarlos uno se va a curar. Estas son algunas de las consideraciones que hay que considerar antes de consumir este tipo de productos.

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