No existe cultura alguna en el mundo que no utilice las plantas como medicina natural a través de sus múltiples aplicaciones, ya sea en forma de infusión, macerada, como ungüento o consumiéndola de forma natural.
Las propiedades de las plantas que curan se fueron transmitiendo de generación en generación, a través de la historia oral, pues son pocos los tratados de medicina natural conocidos y que tengan mucha antigüedad.
Los remedios caseros, que así también se los conoce, los revelan, casi siempre, nuestros abuelos, nuestros padres y nosotros los dejamos como herencia a nuestros hijos y nietos y, así, la medicina tradicional perdura en el tiempo.
En Bolivia el uso de plantas para curar las más variadas enfermedades está muy extendido, de hecho existe una verdadera cultura que en este tiempo ya cobró carta de ciudadanía.
Para nadie ya es un misterio, por ejemplo, la antigua como tradicional cultura kallawaya o de médicos herbolarios cuyos representantes más destacados y respetados se encuentra en el cantón de Curva y el pueblo de Charazani.
En esta región del departamento de La Paz, las plantas tienen múltiples usos medicinales que los médicos herbolarios han ido conociendo y a su vez, transmitiendo de generación en generación.
Los pobladores de esta región tienen mucha más confianza en los médicos kallawayas, que en los educados en la ciencia médica occidental.
El éxito para aliviar los males de los seres humanos radica no sólo en el conocimiento de la planta o hierba a ser administrada sino en su cantidad, y en el tiempo de su administración. Por eso, el consejo de no automedicarse tiene valor para ambas medicinas.
Probablemente sean muy pocos los hogares donde no existan ciertas hierbas para curar dolencias comunes como un dolor de cabeza, de estómago, una diarrea o la falta de apetito. En las charlas habituales entre amigos es muy común escuchar el consejo relacionado con el consumo de alguna infusión para curar estas dolencias.
En todas nuestras ciudades y poblaciones existen mercados o pequeñas tiendas que venden hierbas medicinales consumidas y aceptadas por la gran mayoría de la población.
Nuestro país es rico en esta medicina ahora reconocida incluso en la nueva Constitución Política del Estado. Las plantas que curan son parte de nuestra cultura ancestral por lo que se las debe proteger y valorar.
Comentario
Esta noticia, publicada en el periódico boliviano La Patria el jueves 9 de agosto de 2012, muestra un caso en el que la medicina tradicional y la alternativa están unidas, es el caso de las plantas medicinales. Esto se debe a que a pesar de que ya se sabía que curaban algunos síntomas, progresivamente se van descubriendo más usos para lo que también ayudan, siendo las terapias alternativas los que los emplean en sus procedimientos.
El uso de estas plantas viene desde nuestros ancestros, cuando no había más que naturaleza en la que encontrar remedios para enfermedades.
Actualmente se siguen usando tanto a nivel industrial, para la elaboración de medicamentos como, como a nivel particular, en infusiones para dolores de cabeza, estrés y demás.
Es el caso de:
-El toronjil u hoja de limón, utilizada en algunos dentífricos, debido a sus propiedades antisépticas y aromáticas.
- La yerbabuena, que es antiséptica, ayuda a la digestión, anti-asmática carminativas y estimulantes. - El árnica o tabaco de montaña, que alivia el dolor, los golpes y problemas de la piel.
- La manzanilla, que es digestiva, carminativa, sedante, tónica, vasodilatadora y antiespasmódica. Y cuyo aceite esencial se emplea en aromaterapia.
- El ajenjo o hierba santa estimula la secreción de jugos digestivos.
- La flor de bugabilia, para las vías respiratorias, y para la tos.
- El epazote cuya esencia es utilizada eficazmente contra los parásitos intestinales. Además ayuda a la digestión. En la antigüedad se usaba para calmar la histeria, las alteraciones nerviosas y algunas enfermedades del pecho y de las vías respiratorias, por lo que era muy apreciada por las personas que trabajaban en las minas. Las hojas trituradas se utilizan sobre la piel para bajar la hinchazón en las erupciones causadas por picaduras de insectos y para calmar la irritación.
Y un largo etcétera.
En mi opinión, todas estas plantas ayudan a contrarrestar dolencias u problemas leves. Sin embargo no ayudan a solucionar enfermedades “reales” por las cuales las personas acuden a los hospitales… Aunque si pueden ayudar a tratarlas: ü No ayudan a curar el cáncer, aunque si ayudan a disminuir el dolor que causa. ü No ayudan, evitando un infarto, aunque si ayudan disminuyendo el dolor. ü No ayudan, evitando una amputación, aunque si ayudan a tratar el dolor post-quirúrgico. ü No ayudan a curar golpes, aunque si ayudan a disminuir el dolor que causa.
Estas plantas son más útiles a nivel casero o industrial, que para la medicina convencional. Es por eso por lo que la medicina alternativa las usa en terapias como la aromaterapia o flores de Bach.
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